Juan Serpentini nació en
Recanati (Italia) en el año 1864.
Llegado a la Argentina vivió en La Plata donde desarrolló
su profesión de músico y se desempeñó como Director de Enseñanza
Musical.
Entre sus obras es
destacable el arreglo musical que hiciera del Himno Nacional Argentino la cual fue
aprobada como versión oficial para las escuelas primarias por el Consejo General de Educación de la provincia de
Buenos Aires el 20 de octubre de 1908.
Fue autor de música
académica entre la que se destacan dos “Preludios , “La Platense” obra para
orquesta y “Caridad” cantata a tres voces iguales, solos, coros y orquesta. También
ofició durante largo tiempo como organista de la Iglesia San Ponciano.
Pero la mayor impronta en
nuestra ciudad la dejó al musicalizar el Himno Oficial del Club Gimnasia y
Esgrima La Plata escrito por el destacado jurista y
escritor doctor Délfor B. Méndez, uno de los socios fundadores de la
sección fútbol de la entidad que fue estrenado el 9 de julio de 1915.
Julio Serpentini
falleció en Buenos Aires en 1937.
HIMNO OFICIAL
I
Festejemos nuestros triunfos
con canciones varoniles
armoniosas y febriles
como los ritmos del mar.
Festejemos nuestros triunfos
con las sanas intenciones
de llegar a ser campeones
solamente,
solamente por llegar.
II
En las luchas deportivas,
siempre fuimos vencedores,
defendiendo los colores
de la insignia nacional.
Embriagados de entusiasmo,
satisfechos de alegría,
derrochamos valentía,
con nobleza,
con nobleza sin igual.
III
Sin enconos ni altiveces,
siempre fuertes, siempre unidos,
por mens sana conocidos,
lucharemos sin cesar,
pues sin luchas no hay victorias,
y nosotros las queremos,
porque siempre padecemos
hondo anhelo,
hondo anhelo de triunfar!
con canciones varoniles
armoniosas y febriles
como los ritmos del mar.
Festejemos nuestros triunfos
con las sanas intenciones
de llegar a ser campeones
solamente,
solamente por llegar.
II
En las luchas deportivas,
siempre fuimos vencedores,
defendiendo los colores
de la insignia nacional.
Embriagados de entusiasmo,
satisfechos de alegría,
derrochamos valentía,
con nobleza,
con nobleza sin igual.
III
Sin enconos ni altiveces,
siempre fuertes, siempre unidos,
por mens sana conocidos,
lucharemos sin cesar,
pues sin luchas no hay victorias,
y nosotros las queremos,
porque siempre padecemos
hondo anhelo,
hondo anhelo de triunfar!
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