viernes, 14 de septiembre de 2012

Especulación inmobiliaria en la época fundacional.

Mirada norte de la ciudad en 1885. Al fondo se sigue viendo el pabellón de 
madera donde se realizó el banquete fundacional, ahora rodeado de construcciónes. 
Más atrás se ve la casa de Gobierno.


En una entrada anterior comentábamos el libro La viet et les coutumes au Río de La Plata (1)  cuyo autor Emilio Daireaux relata las visitas que hizo a la ciudad de La Plata.

Prosiguiendo con su lectura, encontramos comentarios sobre la especulación inmobiliaria en los primeros años de nuestra ciudad y su ambiente social, el comentario surge de lo conocido a partir del censo de 1885. Leemos:

"Lo que hay que temer es, que la ciudad de La Plata, por haber querido ser una gran ciudad, venga a quedar reducida a ciudad vastísima. Verdadero palenque en donde los especuladores se pasan de mano en mano los terrenos por edificar, sin pensar en tomar posesión de ellos, o si se edifican es para revenderlos a otros especuladores que buscan fácil lucro volviendo a vender unas casas que nadie desea habitar, ni aún cuando interviene el mandato oficial. Los mismos empleados que están obligados a la residencia, la eluden con mucha maña, imponiéndose la fatiga de ir por ferrocarril de Buenos Aires a su oficina todos los días, antes de resignarse a pasar la noche en una ciudad desierta, demasiado grande para el papel que debe desempeñar. Su fundador se ha propuesto convertirla en centro político y acaso en centro de agitaciones políticas, y mientras tanto allí no hay más tempestades que a que levanta el viento del sudeste. La vida política ni aun la vida administrativa no han hechado ahí sus raíces".

Prosigue Daireaux:

... " Poco a poco sus pretensiones son más modestas y así contentaría con ser una ciudad de funcionarios, pero ninguno de ellos se resigna a aceptar semejante residencia; y por lo que hace a los administrados, estos van allí por sus asuntos, puesto que es indispensable; pero van a la posada, donde esperan, regañando, la solución".

Para concluir:


"Todo esto no constituye lo que se llama una población ni una ciudad y sobre todo una ciudad útil. No porque sea la más reciente, la más poblada y la que se ha visto poblarse con más rapidez, dejará de ser simplemente la primera de las catorce ciudades de la República, las cuales por el hecho de ser capitales no han perdido su carácter de provinciales".


(1) Esta obra fue escrita en francés perose hicieron dos ediciones simultaneamente, una en su idioma original y otra en castellano. 
La vie et les moeurs a La Plata. París, Hachette et Cia, 1888. 
Vida y costumbres en La Plata. Buenos Aires, félix Lajouane editor. París, Librería de Ch. Bouret, 1882, 2 vols. Tomo I: La sociedad argentina, cap III "Las ciudades políticas", libro 5º Apartado II.

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