Francisco Boccabella, llegó a nuestro país en 143. Viajó desde su Italia natal, solo, junto a centenares de compatriotas que escapando de la guerra buscaban una nueva vida en América.
En su tierra quedó su mujer Albina y a sus tres hijos: Pascual, José y Antonia.
Ya en nuestra ciudad Don Francisco empezó a trabajar de mozo en el histórico American Bar de calle 7 e/ 54 y 55.
Vieja publicidad del American Bar (Fuente www.laplatamagica.com.ar/) |
Una vez ahorrado un poco de dinero, trae a su familia de Italia. Y allí una vez juntos empiezan a consolidarse y a plantearse, sobre todo Albina dejar de ser empleados para arriesgar un poco mas y vivir de lo que sabían hacer “cocinar”.
El espíritu emprendedor de Albina y su intención llevo a convencer a medias a Francisco, hasta que un día ella y Pascual (que andaba por los 13 años de edad) se tomaron el tranvía 12 y por un aviso en el diario recalaron en 4 y 42 para ver “ese boliche” que se había publicado en venta.
Con el paso del tiempo Pascual recordaba:
"Era una ratonera”. Un bodegón - … le decían “la casa de los pajaritos”, porque los había y muchos en la frondosa arboleda que ostentaba."
El primer inventario no era extenso: seis mesas, doce sillas de paja y junco y un billar que luego venderían en $ 600 para pagar la llave de negocio, que había costado $ 500 de los fuertes y $ 80 de alquiler por mes eran el ajuar del nuevo emprendimiento.
Enfrente una de las estaciones de la compañía de tranvías ingleses (actual Terminal de Omnibus) con italianos y españoles como maquinistas, motorman y guardas.
La esquina de 4 y 42 (Fuente www.laplatamagica.com.ar/) |
Con la buseca como plato fuerte, un puchero por 15 y la sopa a 5 guita, armaron la estrategia marketinera de aquellos inicios obligando a Pascual a gritar en la vereda “minestron para 7"!!! Cuando en realidad tenía un solo parroquiano, pero debía confundir a su competidor y atraer la atención de los obreros tranviarios que cruzaban a comer.
Los camiones que venían del Swift, Armour, Wilson y Terrabussi, prontamente corrían la voz sobre la comida de Boccabella en el Abruzzese y así largas filas de camioneros eran clientes fieles todos los días, eran pensionistas que pagaban cada 15 días.
Con el paso del tiempo y toda la familia trabajando a pleno, se compró la propiedad con piso de material y el frente revocado, y unos lotes linderos a pagar.
Recién por el año 1945 llegan las primeras familias platenses a comer, siendo la primera la de un señor García…, por aquellas épocas gerente de la bodega Falabella, dueños del Banco Crédito provincial de calle 7 y esq.46.
Allí por el ’55-’56, Don Francisco y Doña Albina parten a Mar del Plata, José y Pascual tomaban el timón y un nuevo empuje con un nuevo local que marca el desarrollo definitivo de Abruzzese con logros y esfuerzos, sin sabores superados gracias a una conducta intachable y a la confianza de los platenses.
Fuente: Información existente en la página web del restaurant Boccabella
Se murio gente ahi. De terror.
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